Pese a que vivimos en una época con poca inestabilidad meteorológica, la lluvia siempre suele ser un problema para ir en bicicleta. Los desplazamientos urbanos para ir a trabajar pueden convertirse en un auténtico infierno, ya que, en ocasiones, no tenemos otra alternativa.
Por suerte, en el mercado encontramos diferentes soluciones para esta problemática, aunque algunas son más prácticas que otras, si lo que queremos es llegar secos a nuestro destino. Equiparnos con ropa adecuada es la única solución para evitar el máximo contacto con el líquido elemento.
En un día lluvioso, los charcos, los demás vehículos y las zonas más resbaladizas del firme se convierten en nuestros enemigos acérrimos. ¿Quién no ha sido salpicado por un coche o ha patinado con la pintura de las marcas viales alguna vez? Desgraciadamente, para evitar estos problemas no existe una solución, pero sí la hay para intentar minimizar sus consecuencias.
Ropa técnica impermeable
En el mercado existen diferentes soluciones textiles adaptadas para la lluvia, tejidos técnicos que evitan el paso del agua hacia el cuerpo y que son de máxima eficacia. Si tenemos la posibilidad de equiparnos con ropa técnica, como la de la gama Aquazero, que nos ofrece GSPORT, conseguiremos estar secos durante un buen rato. La ropa técnica está más enfocada al mundo del deporte que al uso diario, pero nos ayudará a mantenernos secos en cualquier circunstancia. En esta gama podemos encontrar desde maillots ciclistas hasta cubrebotines, pasando por culottes y manguitos, que nos evitarán mojarnos más de la cuenta.
Ponchos
Aun así, existen un gran número de ocasiones en las que el uso de estos productos se convierte en poco práctico, dado que no hay posibilidad de cambiarse al llegar o la normativa de vestimenta nos lo impide. Para ello, el poncho de plástico es una de las apuestas más extendidas. Es sencillo, práctico y fácil de guardar, pero también puede tener diferentes complicaciones. Si nos lo ponemos, debemos tener en cuenta que este no sea excesivamente grande para que no se enganche con los rodamientos de nuestra bicicleta y para que no se levante en exceso a la hora de estar en movimiento, lo que nos dejaría desprotegidos. Lo ideal es comprar uno específico para bicicleta, una solución algo más cara que la de llevar uno de plástico desechable pero mucho más segura y duradera.
Impermeables
El impermeable es una solución práctica, ya que lo podemos llevar siempre encima por su pequeño tamaño de almacenaje. También los hay específicos para bicicleta, aunque uno normal nos puede ayudar.
Trajes de agua
Existen trajes impermeables de una o dos piezas, generalmente de plástico textil, que nos ofrecen mayores ventajas que los ponchos. Estos van más ajustados al cuerpo y se guardan con facilidad. Difícilmente se nos engancharán a la cadena u otros elementos, pero hay que asegurarse de ello. Lo ideal para este tipo de ropa es que los trajes sean lo suficientemente anchos como para vestirlos sin tener que descalzarnos.
¿Y qué pasa con la cabeza?
La cabeza es la parta más crítica. Debemos taparla, pero de manera que se nos permita ver con claridad. En casos de lluvia, lo ideal es llevar gafas transparentes que nos protejan del agua y cubrirnos la cabeza.
El problema se nos presenta a la hora de ponernos una capucha, ya que, si el chubasquero no es específico para ciclismo, nos puede tapar la visión periférica, por lo que correremos cierto peligro. En estos casos, lo más recomendable es ponérnosla por debajo del casco, evitándonos el problema de visión o que se nos caiga cada pocos metros.
Otra solución similar son los casquetes de textil impermeable que van colocados debajo del casco. Están hechos con tejidos como el neopreno, por lo que, además de protegernos del agua, lo harán también del frío.
Albert San Andrés para RACC HolaBICI.