Desde que Annie Londonderry, en 1894, desafiara los roles de género dejando a su marido e hijos en casa para dar la vuelta al mundo en bicicleta, son muchas las mujeres ciclistas que se han esforzado en demostrar que en el ciclismo también hay hueco para ellas. Beryl Burton, Alfonsina Strada, Jeannie Longo o Marianne Martin son algunos de los nombres más representativos en la incesable búsqueda de la igualdad en este deporte.
Sin embargo, y pese a los avances que se han logrado en las últimas décadas, igual que ocurre en otras disciplinas, las ciclistas siguen afrontando barreras como la falta de visibilidad en los medios, un acceso limitado a infraestructuras de calidad o la brecha salarial. Centrándonos en esta última, son muchas las mujeres que deben compaginar su trabajo de deportista con otro que les sirva de principal fuente de ingresos. Según los datos registrados por “The Ciclyst Alliance 2023 Annual Rider Survey” , hasta 2023 el 78% de las ciclistas profesionales vivían esta situación. En este último año se está consiguiendo revertir la situación gracias a una normativa que establece un mínimo salarial también para los equipos femeninos.
La desventaja económica no es el único hándicap al que han tenido que hacer frente. Históricamente se les negó el acceso a competiciones y, en ocasiones, se empleaba la táctica del miedo para disuadir su empeño. Uno de los bulos más extendidos fue el que se conoce como síndrome de Bicycle Face: en el siglo XIX, algunos médicos y algunos miembros de la comunidad ciclista pretendían convencer a las mujeres de que el ciclismo podía afectar negativamente a su salud y apariencia. Como fruto del esfuerzo y la concentración, las ciclistas se quedarían con expresiones faciales tensas, ojos desorbitados y un semblante fatigado de manera permanente.
La nueva campaña de Škoda
Con este contexto histórico, Škoda está llevando a cabo su propia campaña Bicycle Face, que dista mucho de la historia original anteriormente contada. Están demostrando, a través de fotografías y documentales, que el ciclismo ni cambia la cara ni mucho menos tiene género. Lo único que cuenta en este deporte es el esfuerzo y la pasión, dos valores comunes en todas las personas.
A través de su nuevo trabajo audiovisual, que se puede ver aquí, se dan a conocer las historias inspiradoras de cuatro mujeres que ahora, por fin, pueden decir que su profesión es ser ciclistas a tiempo completo. Las protagonistas de este documental son las españolas Usoa Ostolaza, Yurani Blanco, Isabel Martín y Marta Romeu, quienes hasta ahora conciliaban el ciclismo con sus trabajos como fisioterapeuta, educadora infantil, teleoperadora y política, respectivamente. Así pues, se demuestra que se puede ser mujer y ciclista profesional si se dispone de medios.
Škoda y el ciclismo femenino
Škoda lleva varios años vinculado a eventos ciclistas masculinos. Una prueba de ello es que está involucrado en la Volta Ciclista a Catalunya desde su primera edición. En junio de 2024 se celebró la primera Volta Ciclista a Catalunya femenina y la marca quiso reforzar su compromiso con el ciclismo, especialmente femenino, contribuyendo en ella: Škoda patrocinó esta prueba y aportó los vehículos oficiales.
El compromiso de RACC HolaBICI con el ciclismo femenino
Cada vez son más las empresas que deciden contribuir con su granito de arena a que el deporte en general, y el ciclismo en particular, sea más igualitario. Bajo esta premisa, en 2022, el Club RACC dio un paso al frente en su compromiso con la movilidad sostenible y creó el equipo femenino ciclista RACC HolaBICI Team. Con este conjunto, formado por seis ciclistas amateurs, se persigue potenciar y aumentar el número de mujeres en pruebas ciclistas.