Circular por la jungla urbana para ir a trabajar, pasear o hacer deporte es una buena actividad. Alejada de las constantes retenciones y atascos, la bicicleta es una gran alternativa de transporte en la movilidad urbana, pero ¿qué hacemos con ella cuando llega el momento de parar y aparcar?
Proteger nuestra bicicleta es en numerosas ocasiones una ardua tarea, pero si se lleva a cabo correctamente nos puede evitar un robo, algo que, por desgracia, es bastante habitual en las grandes ciudades. Pocos candados o fijaciones se resistirán si los amigos de lo ajeno insisten en llevarse una bicicleta, por lo que dificultarles la tarea es una buena manera de proteger nuestra propiedad, intentando que desistan antes de conseguirlo.
En el contexto urbano, siempre es aconsejable utilizar una bicicleta que no destaque en exceso y que no lleve accesorios o componentes demasiado llamativos. Pasar desapercibida es la mejor cualidad de una bicicleta urbana… y, aún con todo, no nos garantiza nada.
En el mercado existen diferentes tipos de sistemas antirrobo para bicicleta, pero recuerda que de nada sirve tener el mejor de todos si no la dejamos bien anclada. Es muy recomendable dejar todas sus partes y accesorios bien atados y en una fijación adecuada. Es primordial que el cuadro esté siempre bien sujeto y que componentes como ruedas y tija no lleven palomillas, sino tornillo, o, en su defecto, la pieza antirrobo correspondiente.
De poco nos servirá atarla a un poste de un metro, a un elemento fácil de romper o simplemente no fijarla. Cosas evidentes, pero que no siempre se tienen en cuenta, ya que la gran mayoría de robos se producen por no asegurar la bicicleta correctamente.
Tipos de sistemas antirrobo
Existen multitud de tipos de sistemas antirrobo para bicicletas, con diferentes diseños y niveles de seguridad. A continuación, hemos recopilado una lista de los que creemos son más efectivos, en orden de efectividad.
Antirrobo en U
Son fijaciones rígidas, con forma de U, como su nombre indica, muy parecidas a las usadas en moto. Es, con mucha probabilidad, el sistema más eficaz de todos por su dificultad a la hora de romperlo. También es el más pesado por tamaño y materiales, ya que la resistencia es su principal objetivo.
De cuadro
Son candados que se integran en el cuadro y se fijan a la rueda trasera. Van anclados mediante abrazaderas o directamente incorporados al cuadro. Una vez fijada la rueda, se ancla a un lugar fijo. Es un accesorio que, aunque pesado, goza de gran practicidad, ya que simplemente hay que soltar la rueda, dejarlo en el mismo lugar y recoger el resto de la cadena.
Cadena
Una cadena de eslabones es siempre una buena solución. En el mercado existen multitud de modelos y por su construcción suelen ser algo difíciles de cortar. Eso sí, la cadena, para ser efectiva, debe tener cierto grosor en equilibrio con su peso e ir recubierta de algún protector para evitar su deterioro. Fáciles de transportar y baratas, las cadenas son normalmente una de las soluciones más usadas y efectivas.
De cable
Los candados de cable son, probablemente, los más ligeros del mercado. Se trata de un cable recubierto de una funda plástica, y los hay con armadura (tipo pitón de moto) y sin ella. Los primeros son más efectivos, ya que ofrecen una protección superior, mientras que los segundos son más ligeros y fáciles de guardar y transportar. Son recomendables solo para estacionamientos cortos, ya que adolecen de algún punto débil y no suelen ser muy resistentes al corte de una cizalla.
Albert San Andrés para RACC HolaBICI