El día a día de la circulación urbana puede llegar a desquiciar a una gran parte de los usuarios. Atascos, accidentes o calles cortadas pueden ser una auténtica pesadilla para todos los vehículos en circulación. Las prisas y las ganas de llegar son las mismas para coches, motos o bicicletas, pero existe una norma común: todos ellos han de respetar las normas de circulación, ya sean las generales o las específicas. Lo mismo ocurre con los semáforos.
Como se recuerda insistentemente desde la Dirección General de Tráfico (DGT) a los ciclistas: “En caso de encontrar un semáforo en tu camino, has de respetarlo. La luz roja o amarilla no intermitente obliga a detenerse. Los semáforos son para todos los conductores, incluidos los ciclistas”.
Bajo esta premisa, queda muy claro que los usuarios de bicicletas deben respetar a rajatabla esta norma regulada por la Ley sobre Tráfico y el Reglamento General de Circulación, que lo establecen de forma muy clara para todos los vehículos en su artículo 146 sobre semáforos circulares para vehículos.
Las normativas generales pueden ser complementadas por las municipales, existiendo la opción de rebasar un semáforo en rojo por parte de los ciclistas en circunstancias concretas y sin entrar en conflicto con las leyes generales, pero en ninguna de las grandes ciudades del territorio español se permite esta posibilidad. Por tanto, hay que ceñirse exclusivamente a la norma general.
Albert San Andrés para RACC HolaBICI.