El boom que ha tenido el ciclismo después de la pandemia ha sido comparable al que tuvo la aparición de la bicicleta de montaña a finales de los 80 y principios de los 90. Por ser un deporte individual, que se puede practicar en grupo, el ciclismo es ideal para mantenerse en forma por su amplia variedad de posibilidades. El RACC siempre se ha posicionado a favor del uso urbano de la bicicleta, pero en este caso hablaremos de un uso más deportivo. ¿Qué debemos saber antes de empezar?

Elige la modalidad

El ciclismo es un deporte que nos permite elegir la tipología que queremos practicar. Si hablamos únicamente de pedalear distancias largas –dejando de lado el bike-trial, BMX, etc.–, existen dos grandes variantes: la montaña y la carretera. Evidentemente, podemos compaginar tantas modalidades como queramos, pero cada una de ellas requerirá de una bicicleta específica y, probablemente, de un entrenamiento adecuado.

Dependiendo de la zona donde residamos habitualmente, podremos escoger entre una u otra modalidad, siendo las zonas más urbanas las ideales para hacer carretera y las más rurales para la montaña, sin tener que desplazarnos en demasía y rentabilizar mejor nuestro tiempo. Debemos tener en cuenta que la carretera entraña un mayor peligro por la proximidad con otros vehículos, mientras que en la montaña, el problema del tráfico no existirá en la misma escala, incluso llega a desaparecer.

Compra la bicicleta y el equipamiento

Para iniciarse en el ciclismo no hace falta perder la cabeza con el último modelo de bicicleta. En el mercado encontramos modelos entre los 100 y los 15.000 €, pero si lo que queremos es empezar, no necesitaremos de entrada la última tecnología. Hay que tener en cuenta que, si no dominamos bien la bicicleta o no estamos acostumbrados a su funcionamiento, lo ideal es empezar con una que no nos duela rayar o llegar a romper. En el mercado existen modelos de aluminio que rondan los 500 €, con los cuales tendremos más que suficiente para aprender. Un modelo de segunda mano tampoco es una opción nada despreciable.

El equipamiento a elegir vendrá marcado por la modalidad, pero nunca deben faltar guantes, mallot, culote, zapatillas y casco. Existen infinidad de marcas y modelos, por lo que debemos elegir el que más se adecue a nuestro nivel, primando la practicidad.

Planifica tu entrenamiento

Creernos Induráin o Contador al subirnos en una bicicleta nos ha pasado a todos en algún momento. Nada mejor que una buena subida para que otros ciclistas nos dejen en evidencia y nos pongan en nuestro lugar. El entrenamiento es primordial en un deporte de fondo como el ciclismo, pero no se consigue en dos días.

Para empezar, siempre es recomendable pasar un test de esfuerzo para saber cuál es nuestro nivel físico. Conocer tus límites es primordial para evitar posibles problemas de salud y lesiones. El uso de pulsómetros y demás artilugios de medición cardiovascular nos ayudará a saber en tiempo real nuestro nivel de esfuerzo, para no sobrepasar nuestros límites sin necesidad. Los actuales GPS engloban gran cantidad de datos sobre la ruta, además de las pulsaciones, por lo que son muy útiles para nuestras salidas. Aplicaciones como StravaEndomondo, Komoot, Relive, etc., te ayudarán a llevar un control de tu evolución.

Busca compañía

Las dos ruedas pueden ser un deporte solitario, pero no tiene porqué. Rodar en grupo puede ser muy divertido, planificando salidas y trayectos largos, descubriendo lugares y poniendo en común conocimientos de rutas. También es más seguro rodar acompañado, ya que en caso de percance, te harán compañía mientras esperas la asistencia RACC.

Progresa con calma

El ciclismo no es un deporte de progreso rápido y requiere de un periodo de adaptación para progresar como es debido. En este aspecto, un entrenador que nos planifique según nuestro nivel será lo ideal, pero en su ausencia podremos empezar con paseos entre 30 y 60 minutos por recorridos llanos que no nos presenten dificultad alguna. De tres a cinco días por semana es una buena media para progresar, subiendo la intensidad y el tiempo de los recorridos con progresividad, lo que nos permitirá ir superándonos poco a poco.

Los inicios siempre son muy desagradecidos, pero, con tiempo y rodaje, gozaremos de la bicicleta a cada kilómetro.

Conoce la normativa

Existe una normativa de circulación para los ciclistas que la DGT resume en 20 puntos, de los cuales destacamos los ocho más importantes:

1. Uso del casco

El casco no es obligatorio en ciudad, aunque sí recomendable. Únicamente los menores de 16 años están obligados a usarlo. En el caso de la circulación por carretera, es completamente obligatorio para todos los ciclistas, únicamente con tres excepciones: en subidas prolongadas, por razones médicas o por calor extremo.

2. Nada de alcohol, móvil o auriculares

La tasa máxima de alcoholemia para los conductores en general (0.5 g/l de alcohol en sangre o de alcohol en aire espirado superior a 0.25 miligramos por litro) es exactamente la misma para los ciclistas. El uso del teléfono móvil o de auriculares es sancionable, además de peligroso.

3. Pasajeros

Únicamente es posible llevar a un pasajero de hasta siete años, en un asiento homologado para tal uso.

4. Alumbrado

Circulando de noche, en pasos inferiores o por túneles, los ciclistas deben hacerse visibles equipando luces delanteras y traseras para ver y ser vistos.

5. Señales

Las señales viales, independientemente del tipo que sean (semáforos, señales verticales, en la vía, etc.), se deben respetar al igual que el resto de vehículos a motor.

6. Señalización de maniobras

Es obligatorio señalizar otras maniobras, como giros, cambios de sentido o de carril. Las señales se deben hacer con el brazo derecho, extendiéndolo horizontalmente a la altura del hombro y con el izquierdo, doblándolo en ángulo.

Pese a no ser obligatorio, se deben advertir las frenadas bruscas, moviendo el brazo de arriba a abajo, con movimientos cortos y rápidos.

7. Circulación

En carretera, se debe utilizar el arcén de la derecha para circular, en caso de existir, pudiéndolo abandonar en descensos prolongados en condiciones seguras. Está permitido circular en filas de dos, orillándose todo lo posible a la derecha de la vía. En tramos sin visibilidad y aglomeraciones no se podrá circular en paralelo y se debe hacer en fila.

En ciudad, circulando en grupo se podrá hacer en columna, en un máximo de dos. Está prohibido circular por aceras y zonas peatonales, a menos que exista carril bici. Por la calzada se debe circular lo más próximo a la derecha de la vía, dejando una separación de seguridad con bordillos y con vehículos estacionados.

8. Prioridad

Los ciclistas tienen prioridad de paso respecto a vehículos de motor circulando por un carril bici, por un paso para ciclistas o por arcén señalizado. En el resto de situaciones, se deben respetar las prioridades de otros usuarios como establecen las normas y señales.

Ir en bicicleta tiene sus riesgos. Eres más vulnerable ante cualquier incidente, ya que estás muy expuesto, y cualquier colisión o caída te puede provocar lesiones que requieran atención urgente. Contrata el seguro RACC Bici.