El pasado mes de octubre se presentó en Sevilla la Declaración Europea de la Bicicleta. Seis meses más tarde, este documento ha dejado de ser una propuesta para ser una realidad, ya que el Consejo Europeo la ha firmado.
Esta declaración busca impulsar el uso de la bicicleta en Europa, para promover una movilidad sostenible en consonancia con el objetivo que persigue el Pacto Verde Europeo de mejorar y proteger el medio ambiente. Tanto es así que, en estos papeles, se recoge que la bicicleta es el medio de transporte y recreación más sostenible, accesible e inclusivo, de bajo coste y saludable de los existentes.
Así, en ocho capítulos y con un total de treinta y seis compromisos se agrupan las principales acciones en las que se basa esta declaración europea. Los pilares son:
- Desarrollo y fortalecimiento de las políticas ciclistas.
- Fomento de una movilidad inclusiva, asequible y saludable.
- Creación de infraestructura ciclista.
- Aumento de las inversiones.
- Mejora de la seguridad vial.
- Apoyo a los puestos de trabajo verdes de calidad y al desarrollo de la industria ciclista.
- Apoyo a la multimodalidad.
- Recopilación de datos sobre ciclismo.
¿Cómo afectan al usuario estas medidas?
Como se ha dicho, la finalidad es aumentar el número de desplazamientos en bicicleta. Por eso, los usuarios obtendrán una serie de beneficios y mejoras.
En primer lugar, destaca la seguridad. Para ello, se trabajará a nivel europeo, nacional, regional y local en la mejora de la red viaria, invirtiendo económicamente hasta conseguirlo.
Según apuntó la comisaria de transportes, Adina Vălean, durante la presentación de la propuesta el pasado otoño: “La seguridad es un requisito previo para fomentar el ciclismo, ya que los ciclistas son vulnerables: el 9% de los fallecidos por accidente de tráfico en la UE son ciclistas”. Asimismo, señalaba que era importante tener una infraestructura más segura, con carriles bici separados, y también adoptar el compromiso por parte del conductor de adecuar la velocidad y respetar las normas de tráfico.
También se pretenden acondicionar estacionamientos en la calle que sean seguros. Esto, junto con la mejora de la red ciclista, ayudaría a favorecer las conexiones con el transporte público y, por ende, permitiría la intermodalidad.
El Consejo Europeo también apuesta por una movilidad inclusiva y asequible. Así pues, se podrían aplicar rebajas del IVA por la compra, el alquiler o la reparación de bicicletas, o también implementar incentivos fiscales. Unas medidas similares ya fueron implantadas en Francia hace unos meses.