Por regla general, los vehículos eléctricos miden su autonomía en base a diferentes parámetros, como pueden ser el tipo de motor, el peso, la ruta a recorrer o incluso el clima, entre otros. Conociendo dichas variables, la autonomía en los vehículos eléctricos se puede calcular de una manera bastante precisa y aproximada, una casuística que no se da en el caso de las bicicletas eléctricas, en las que influyen más factores que complican el proceso de cálculo.

¿Qué factores influyen?

Un mismo motor eléctrico no rinde lo mismo estando instalado en un vehículo que en otro, por las diferentes características de cada uno, y en el caso de las e-bike los factores son más complejos. El motor eléctrico de un vehículo está impulsado únicamente por energía eléctrica, por lo que obtiene su flujo de una misma fuente y de todos los elementos establecidos a su alrededor, como puede ser la frenada regenerativa, por ejemplo. Pero en el caso de las bicicletas eléctricas este factor cambia radicalmente, ya que a la propulsión de la batería se suma la potencia del pedaleo, es decir, el esfuerzo humano durante el movimiento.

La fuerza que el ciclista ejerce por medio de su pedaleo hará variar la duración de la batería. Comercialmente está establecido que de media se recorren entre 10 y 15 km cada 100 Wh (vatios hora), una medida aproximada teniendo en cuenta un pedaleo moderado. A partir de estas mediciones, se calcula que una batería de unos 300 Wh tendrá entre 36 y 42 km de autonomía, y entre 90 y 110 km una de 800 Wh.

Aquí también debemos tener en cuenta el tipo de bicicleta, la ruta y el terreno a recorrer, el peso del ciclista, el nivel de asistencia usado e incluso el clima.

Para mediciones aproximadas podemos usar la calculadora de Bosch, el mayor fabricante a nivel mundial de motores para e-bike. Ni que decir cabe que esta cifra será una aproximación.

¿Cómo se calcula?

Los motores eléctricos tienen una potencia regulable durante la marcha, lo que nos dará unas cifras determinadas de consumo en los desplazamientos. Cada motor desarrolla una potencia concreta, por lo que, si un motor tiene un consumo de 50 W, en una hora habrá consumido 50 Wh, pudiéndose saber, en función del motor, la autonomía total del mismo. El problema es convertir este dato a kilómetros.

Ya hemos remarcado que existen muchos factores que determinan la distancia máxima que podrá recorrer la batería en modo eléctrico, pero el principal será el esfuerzo del ciclista, un parámetro difícilmente medible. La diferencia de cadencia y el esfuerzo en el pedaleo serán factores altamente determinantes en esta medición.

Aquí interviene la regularidad del ciclista. Alguien con una cadencia regular podrá obtener datos más fiables que alguien que no mantenga los ritmos de forma regular, cosa que es importante en el ciclismo. Si bien aquí también influye el terreno –no es lo mismo subir el Tourmalet que circular por un paseo marítimo–, debemos tener una constancia en nuestro ritmo para obtener mediciones más o menos acordes.

¿Son mediciones fiables y nos sirven de algo?

Ciertamente, cada fabricante tiene sus mediciones y sensores, aunque poco a poco estas se intentan estandarizar, como ya ocurre con otros vehículos de propulsión eléctrica. Si somos constantes en el esfuerzo –algo que no siempre es posible–, serán más fiables, aunque pocas veces se adaptarán a la realidad, ya que los factores externos son siempre cambiantes. Los kilómetros de autonomía de las e-bike no son, por tanto, una cifra fiable.

Además, el uso de estas mediciones no será de igual importancia para alguien que coja la bicicleta para desplazamientos fijos, como ir a trabajar, que para quien haga rutas o trayectos largos. En el primero de los casos, la autonomía no le servirá más que para saber en qué momento ha de cargar su e-bike, cosa que con la experiencia tendrá calculado, mientras que, en el segundo caso, conocer la cifra de la autonomía es muy importante y puede, incluso, ser vital.

Consejos para una mayor durabilidad de la batería

Teniendo en cuenta la gran variedad de factores que intervienen en la durabilidad de la batería, podemos regular su duración de diferentes maneras. Pero, en cualquier caso, la eficiencia será la clave principal.

  • Control de la asistencia: un menor uso de las asistencias nos dará una mayor durabilidad de la batería.
  • Mayor frecuencia de pedaleo.
  • Planificar la mejor ruta posible: con menor desnivel, evitando las paradas frecuentes y con el firme en mejor estado.
  • Menor peso posible: cuanto menos peso llevemos encima, mayor eficiencia.
  • Marchas largas: las cadencias regulares en marchas altas favorecen la eficiencia de los metros recorridos por cada pedalada. 
  • Buen estado de la bicicleta: tener un vehículo con todos sus elementos en buen estado nos servirá para obtener una mayor eficiencia.
  • Presiones correctas: no es lo mismo circular por el duro asfalto que por la tierra fina de un camino de montaña. Adecuar la presión a cada tipo de terreno nos dará una mayor seguridad, acomodo y… ¡eficiencia!

Albert San Andrés para RACC HolaBICI.