La bicicleta y la moda son dos mundos indisociables. La evolución de los materiales, el diseño y las necesidades del ciclista han hecho evolucionar a pasos de gigante todos los componentes que incorporamos a nuestras bicicletas, y las llantas son de los que más cambios han sufrido en la última década. El perfil de la llanta es, por lo tanto, otro de los aspectos a tener en cuenta, y la tendencia sigue creciendo. Pero ¿cuál es el perfil más adecuado para tu bicicleta?

Después de descubrirte las diferencias entre las zapatas de freno y los discos, en esta ocasión hablaremos de las diferencias entre los tipos de perfiles de las llantas para bicicletas de carretera.

Atrás quedan las llantas de acero y latón cromadas que durante los años ochenta causaron furor, ni tan siquiera las de aluminio se llevan. Las que ahora están de moda son las de carbono, el material estrella del mercado actual. El carbono nos ha permitido rebajar el peso de nuestras ruedas –entre 200 y 300 g por llanta–, y también crear nuevos diseños aerodinámicos más eficientes para las diferentes especialidades.

Para empezar, las llantas se clasifican entre las de perfiles bajos, medios y altos, una manera de estandarizar y poder diferenciar los tipos, al margen de los materiales utilizados. Actualmente, en el mercado existen multitud de opciones para crear nuestra llanta perfecta, con opción de elegir el perfil, los radios y el buje. Todos los componentes son de vital importancia, pero generalmente nos fijamos en el perfil porque estéticamente dará un toque de diseño más racing a nuestra bicicleta.

Tipos de perfiles

A mayor perfil de llanta, mejor rendimiento aerodinámico cuando rodemos a altas velocidades –por encima de los 30 o 35 km/h–, pero el peso del conjunto también aumentará. Con un perfil medio tendremos un equilibrio entre aerodinámica y comodidad, y con uno bajo, menor de 30 mm, tendremos menos peso, más eficiencia frente al viento lateral y una absorción mayor del terreno.

Basándonos en esta clasificación, el perfil bajo es aquel que es igual o menor a 30 mm, mientras que el medio estaría entre los 30 y los 40 mm y el alto superaría los 40. Cada uno de ellos tiene su uso concreto, por lo que se aconseja seguir las recomendaciones de cada fabricante para el uso y disfrute de los diferentes modelos.

El perfil bajo es el ideal para rodadores y también el más utilizado. Son las llantas que generalmente llevan de fábrica la mayoría de las bicicletas del mercado. Es un tipo de perfil ideal para ascensiones y rutas con desnivel. Generalmente es el más ligero –y también suele ser el más barato–, lo que nos proporciona una mayor robustez sobre el firme aunque menos resistencia al viento lateral. Los radios de mayor longitud permiten una mayor flexibilidad, reduciendo la rigidez del conjunto. Tal vez estas llantas no sean tan estéticas como el resto, pero son las de mayor equilibrio entre comodidad-peso-precio, siendo las más versátiles del mercado.

El perfil medio, es decir, la llanta de entre 30 y 40 mm, tal vez sea el de mayor polivalencia, ya que mantiene el equilibrio entre peso y comodidad. Es una combinación entre el perfil bajo y el alto y nos sirve tanto para subir puertos de montaña como para altas velocidades. Está pensado para un uso indiferente y con frecuencia se combina en montajes con las llantas de perfil alto o bajo. Es una buena opción para el ciclista aficionado medio que quiera aunar estética y rendimiento.

Finalmente, las llantas de perfil alto son las más estéticas, aerodinámicas y caras. Por su alta pared lateral, son las ideales para especialidades como el triatlón o la contrarreloj, pero poco indicadas para el resto de disciplinas. La profundidad de la pared de la llanta permite el desarrollo de altas velocidades en superficies y terrenos llanos y su mayor peso también mejora la inercia. Por el contrario, el viento lateral puede ser peligroso al circular debido a la pared, ya que puede llegar a provocar la desestabilización de la llanta o movimientos indeseados. Los radios son más cortos, por lo que el conjunto de la rueda será más rígido y, por lo tanto, más incómodo en recorridos que puedan ser algo bacheados.

Albert San Andrés para RACC HolaBICI.